domingo, 26 de junio de 2016

Sobre la situación de la enseñanza pública

 
LA PRIMARIZACIÓN
DE LA SECUNDARIA

Con la LOGSE se creó la Educación Secundaria Obligatoria, etapa educativa que ahí sigue, también en la LOMCE pepera. Se dijo en su momento que era un tremendo avance prolongar hasta los dieciséis años la obligatoriedad de la enseñanza, aunque hoy sabemos que tal avance consiste no más que en mantener en las aulas de los institutos a muchos jóvenes que no quieren estudiar y que hacen todo lo posible por demostrárselo cada día a sus profesores. Mantenerlos, además, al lado de otros alumnos que sí quieren, de otros que querrían, pero no pueden, y de otros que no saben muy bien lo que quieren. Es lo que se llama "enseñanza comprensiva", mal calco del inglés "comprehensive school". Es decir, un sistema que en principio agrupa a los alumnos por edad y no por conocimientos, aptitud o intereses.
 
 
¿Y esto funciona? Les pongo un ejemplo: se supone que cualquiera que estudie la asignatura de Inglés durante doce años debería dominar ese idioma con soltura. Pero en el sistema educativo español, nuestros jóvenes estudian doce años de Inglés (seis en Primaria, cuatro en la ESO y dos en Bachillerato), y salvo que se hayan apuntado a una academia privada, la realidad es que no se desenvuelven ni mínimamente bien en la lengua de Shakespeare. La razón de este fracaso es muy sencilla, y no se debe al plantel de profesores ni a la mala calidad de la raza en las nuevas generaciones. A ver. En ninguna de las academias privadas de inglés agrupan a los alumnos por edad sino que lo hacen por niveles de conocimiento del idioma, como es lógico. Por eso no debemos sorprendernos del pésimo nivel de idiomas de nuestros jóvenes. Pésimo nivel que ahora se trata de paliar implantando centros bilingües, a ver si así sí (que muchas veces tampoco). Cuando lo único que se necesitaría es aplicar el sentido común. En la mayor parte de Europa aprenden bien las lenguas extranjeras en la enseñanza pública, sin necesidad de academias de apoyo ni de recibir clases en un idioma distinto del materno.
 
 
He puesto el ejemplo del inglés, porque es llamativo. Pero esto se podría aplicar a otras asignaturas. La enseñanza de la lengua española, la historia o las matemáticas también es deficiente en nuestro sistema. Puede uno tener más o menos suerte de que su hijo caiga en una clase buena, en un centro bueno, con un ambiente bueno, o en una Comunidad Autónoma buena… pero es eso, cuestión de suerte.
 
 
Si algo está prohibido en la enseñanza secundaria española (y la LOMCE tampoco acaba con ello) es que los alumnos se agrupen en las aulas según su capacidad, su aptitud o sus conocimientos. Y pasa lo que pasa: los profesores (que los hay buenos, malos y regulares) no pueden enseñar adecuadamente. Y los alumnos no aprenden lo que deberían. Con la llamada comprensividad, el rigor, la excelencia y la profundidad de los contenidos sencillamente desaparecen.
 
 
Los pedagogos que crearon la LOGSE (y que ahí siguen) lo solucionan, sobre el papel, de un plumazo. Según ellos, el profesor tiene que prestar "atención a la diversidad". Y ha de tomar las riendas de grupos de treinta alumnos dando varias clases a la vez, proponiendo actividades distintas, impartiendo distintas explicaciones y multiplicándose en el mismo espacio y a la misma hora. El resultado suele ser desastroso, como demuestran todos los informes.
 
 
Otra de las herramientas que los pedagogos a la violeta les ofrecen a los profesores son las "adaptaciones curriculares", engorrosos y burocratizados procesos que, envueltos en la palabrería y el neolenguaje “pedabóbico”, consisten en recortar y bajar el nivel de los contenidos, para que el alumno que no aprueba pueda aprobar. Porque de lo que se trata es de que aprueben cuantos más mejor, para limitar las cifras del "fracaso escolar" que tanto temen los políticos.
 
 
Volvamos al principio. La LOGSE y el avance de la obligatoriedad hasta los 16 años. La Constitución dice en su artículo 27.4 que "la enseñanza básica es obligatoria y gratuita". Por tanto, la etapa de la ESO es, constitucionalmente, básica, como la Enseñanza General Básica (ya tan lejana). Pues tras 26 años de implantación de la LOGSE (insisto: las leyes posteriores son solo secuelas que muy poco modifican el planteamiento inicial) hemos conseguido que un graduado en ESO sepa menos de lo que sabía un graduado en EGB. Pero, eso sí, con dos años más de escolarización. Así que, prolongando la etapa de Primaria, hemos primarizado la Secundaria. El resultado queda patente en muchos aspectos: infantilización, irresponsabilidad, bajada de contenidos, indisciplina, sobreprotección, etc.
 
 
Claro que hay profesores, aulas, institutos (y hasta Comunidades Autónomas) que intentan escapar de esta primarización, que se da en distintos grados, lamentablemente casi siempre demasiado altos. Porque la comprensividad exige que los alumnos vayan pasando de curso. La pedagogía dominante no deja de repetir que los contenidos académicos no son importantes. Que si los alumnos no saben demasiado, basta con que adquieran unos contenidos mínimos, y que ya se verá el curso siguiente lo que se hace. Y además, como se ha intentado desterrar la competitividad de las aulas, haciendo que las calificaciones de la ESO no tengan consecuencias académicas (mientras se llegue al “aprobadín”) pues se ha fomentado la tendencia natural al mínimo esfuerzo. El mínimo esfuerzo preside las aulas de ESO de toda España. Si alguien se sustrae a él es por meras cualidades personales o por valores que le ha inculcado su familia.
 
 
¿Y el Bachillerato? ¿Ese Bachillerato escuálido, de solo dos años, que tenemos en España, el más breve del mundo? Pues el Bachillerato, que se supone que es una etapa no obligatoria, no comprensiva, donde el rigor académico y la exigencia han de ser mayores, también se está primarizando. Lo cual es lógico, puesto que la mayoría de los alumnos que consiguen el título de la ESO (y pueden obtenerlo hasta con dos asignaturas suspensas) pasan al Bachillerato. Y allí la inercia es seguir con la política del mínimo esfuerzo, que los profesores, muchas veces, contagiados por la ESO, les permiten prolongar. Muchos profesores de instituto saben que 1º de Bachillerato (sobre todo en la rama de Sociales) es ya 5º de la ESO. Y que cuesta Dios y ayuda mentalizar a esos chicos de que la exigencia es otra. Por otro lado, las nuevas generaciones de profesores ya vienen de la LOGSE. Y han aprobado unas oposiciones mucho menos rigurosas que las antiguas, en las que los contenidos también se han rebajado.
 
 
En fin, que la primarización se ha adentrado ya en el “nanobachillerato” español. Y en algunos casos, se ha oficializado. Tengo ante mí el proyecto de decreto de la Junta de Andalucía que, desarrollando la LOMCE, organiza el currículo de Bachillerato. Y observo con perplejidad que en su capítulo VI ya se ordenan las llamadas medidas de atención a la diversidad. Lean:
 
 
“Por Orden de la Consejería competente en materia de educación se establecerá para la etapa de Bachillerato el conjunto de actuaciones educativas de atención a la diversidad dirigidas a dar respuesta a las diferentes capacidades, ritmos y estilos de aprendizaje, motivaciones, intereses, situaciones socioeconómicas y culturales, lingüísticas y de salud del alumnado, con la finalidad de facilitar la adquisición de las competencias clave y el logro de los objetivos de la etapa y no podrán, en ningún caso, suponer una discriminación que le impida alcanzar la titulación correspondiente.”
 
 
Es decir. Si a un alumno no le va el estilo de aprendizaje del profesor, o no puede seguir el ritmo, o no tiene capacidad, o sus circunstancias socioeconómicas (¡o culturales!) no son las adecuadas, o sus intereses no coinciden con los del programa de la asignatura, hay que ejercer un conjunto de actuaciones educativas para facilitarle las cosas y no discriminarlo impidiéndole alcanzar la titulación correspondiente. Y ahí tendremos a los profesores atendiendo a la diversidad y dejando de lado el engorroso temario y los pesadísimos contenidos de la asignatura, que total, qué más da.
 
 
Sólo nos queda esperar que estas medidas se acaben aplicando también en la universidad, y que en un futuro nadie impida que nuestros ingenieros y nuestros médicos alcancen la titulación correspondiente habiéndose beneficiado de adaptaciones y de atenciones a la diversidad. Qué bien nos lo vamos a pasar.
 
(Artículo de opinión escrito por José Aguilar Jurado y publicado por “LibertadDigital.com” el martes 21 de junio de 2016)
 
José Aguilar Jurado
Profesor de Lengua Española, filólogo, periodista y poeta satírico

jueves, 16 de junio de 2016

Acerca de las jactancias del chuleta de la coleta

Pablo Manuel Iglesias Turrión
(Madrid, 1978)
Este sinvergüenza promete el cielo para después llevarnos al infierno
 
AL HABLA EL QUERIDO LÍDER
 
Hola, amigos, me llamo Pablo Iglesias y soy de traca. Hasta no hace mucho, yo era leninista y bolivariano, pero ahora me he hecho socialdemócrata y hasta me he sacado de la coleta que Marx y Engels también lo eran. ¡Y ha colado entre mis fans! Como los tengo todo el día viendo "Juego de tronos" —mi principal fuente de inspiración política, pues transcurre en un pasado indeterminado y en unos países imaginarios—, no les queda tiempo para leer y llevarme la contraria. Cosa que, por otra parte, no harían nunca, ya que yo en esto soy como Mariano Rajoy: no tengo votantes, ¡tengo hooligans!
 
En lugar de apoyar la autonomía de los ciudadanos pretende crear
una tiranía comunista de súbditos pedigüeños subvencionados

Daba gusto verlos reunidos el otro día en Barcelona, junto al Arco de Triunfo (que es por donde me voy a pasar lo del dret a decidir en cuanto pille cacho parlamentario), con su bandera republicana, no la vigente, que la diseñó Franco con sus manitas (si cuela, cuela), y aplaudiendo todo lo que les decía. Tuve que volver a morrearme con el bueno de Domenech porque a mi público le encanta (es mi versión de los bailes de Iceta) y porque a los heterosexuales progresistas e hirsutos nos gusta frotarnos el bigote.
 
Ninguna fuerza política puede surgir sin dinero, por lo que da vergüenza cómo engañan a quienes creen en la pureza financiera de "Podemos"

Como ya sabréis, además de socialdemócrata, también me he hecho patriota español; menos en Cataluña, que por allí son muy tiquismiquis con lo de la patria y no es cuestión de renunciar a los votos que me consiguen el besucón y su amiga Ada Colau, que es casi tan de traca como yo, y algo me dice que va a acabar causándome algún problemilla: si yo pierdo el culo por llegar a presidente, de ésa ya ni os cuento, aunque su estilo pasivo-agresivo no se puede comparar con mi natural campechano y seductor, gracias al cual puedo decir un día una cosa y al siguiente la contraria y todo el mundo celebra mi peculiar sentido de la coherencia.

Buscan el poder a toda costa, luchan por los sillones, por los cargos, por los ministerios, por el control de los medios de comunicación, el CNI, la policía, en suma: quieren fundar un régimen totalitario financiándose desde Irán y Venezuela a quienes tendrán que reintegrar el favor

En la línea de todos los grandes socialdemócratas que me han precedido —de Lenin a Maduro, pasando por Mao, Stalin y el incomprendido Pol Pot—, como llegue a presidente, vais a ir todos más tiesos que un palo, pero será por vuestro bien. Estáis tan hartos de que los partidos tradicionales os engañen, os roben y se os caguen encima, que aspiráis a una nueva política, pero nada de votar al "Naranjito" de Albert Rivera, ¿eh?, porque ese es un falangista mentiroso que va por ahí diciendo que es socialdemócrata cuando sólo es un títere del "Ibex 35". Aquí el único socialdemócrata soy yo. De momento. Y si me transformo en otra cosa, tranquilos, que seréis los primeros en saberlo. ¡Votadme, amigos, si queréis que en España vuelva a amanecer!
 
(Artículo de opinión escrito por Ramón de España y publicado
en su cuenta de "Facebook" el miércoles 15 de junio de 2016)
  
He aquí al individuo que quiere llegar a ser un hombre de Estado pretendiendo destruir el Estado al servicio de fuerzas enemigas del exterior

lunes, 13 de junio de 2016

Sobre la gran estafa del vil populismo

 
Pablo Manuel Iglesias Turrión
(Madrid, 1978)
Éste individuo tiene la poca vergüenza de querer someter
a los españoles bajo las directrices de una república bananera
 
"PODEMOS", EL "IKEA" DE LA POLÍTICA

Cuando Ingvar Kamprad empezó a explotar las primeras tiendas de "Ikea" en Suecia tuvo la idea de colocar a la entrada puestos de salchichas, cerveza y patatas fritas a muy bajo precio como gancho comercial. Hoy la compañía da trabajo a más de 150.000 personas que atienden 330 establecimientos repartidos por todo el mundo. El éxito de "Ikea" va mucho más allá de la venta de muebles. Ha sabido crear un relato que se plasma en eslóganes, catálogos, y sobre todo, un imagen de marca que logra una alta identificación con los valores de los clientes. 

Ingvar Kamprad
( Småland, Suecia, 1926)
(Fundador de "IKEA", la mayor empresa de muebles a nivel mundial)
Un hombre que sabe que primero hay que crear
riqueza para después poder pensar en repartirla
 
La industria del mueble fabricaba tradicionalmente objetos personalizados, a pequeña escala, pero "Ikea" revolucionó este concepto al transformar el negocio en un gran supermercado con una alta estandarización del producto que permite su comercialización a precios muy competitivos. No es difícil extrapolar esta filosofía de la empresa fundada por Kamprad, el hijo de un modesto agricultor, a las prácticas políticas de "Podemos", que no casualmente ha elegido imitar el catálogo de "Ikea" para presentar su programa. "Podemos" es el "Ikea" de la política ya que, al igual que la multinacional sueca, ha construido un relato atractivo para vender su mercancía. Lo esencial es la forma y no el fondo, el significante y no el significado. No en vano, Iñigo Errejón declaraba hace unos días que «la política es sexy».

"Podemos" es un monstruo alimentado continuamente por dos cadenas de televisión, la "Sexta" y "Telecinco", bajo la anuencia de Soraya Sáenz de Santamaría y el CNI, con el objetivo de hundir al PSOE
 
Al igual de Kamprad atraía con salchichas a los visitantes de sus centros, Pablo Iglesias nos promete un paraíso terrenal en el que los ciudadanos tendremos derecho a todo tipo de regalías del Estado sin esfuerzo alguno. Bastará con subir los impuestos a los ricos y acabar con el fraude fiscal. A los pobres les ofrece un subsidio aunque no trabajen, a los parados les dice que encontrarán un empleo en la Administración, a los independentistas les reconoce el derecho de autodeterminación, a los mayores los seduce con una subida de las pensiones y a los que trabajan les promete reducir su jornada laboral a cambio de más salario. Todo lo que uno pueda desear o soñar está en el catálogo de "Podemos", que incluye la perfecta combinación de elementos para «hacerte mejor», como apuntaba uno de los eslóganes de "Ikea". Y ello al módico precio del voto que hará posible la utopía de la igualdad y la fraternidad. 
 
Para ganar votos no dudan en imitar los peores "tics" de la rancia casta política y mienten como bellacos queriendo hacerse pasar por socialdemócratas cuando son comunistas de la peor estofa 
 
Iglesias ha dejado de ser un dirigente político para convertirse en un redentor. Ya he comentado en alguna ocasión la iconografía de la que le gusta rodearse, que evoca a Jesucristo acompañado por su apóstoles. Errejón es Juan y Bescansa, la Magdalena. "Podemos" es un partido que carece de ideas políticas, es puro populismo vacío, pero hay que reconocer que Iglesias ha sabido construir un extraordinario relato que puede obtener el apoyo de más de seis millones de votantes en las próximas elecciones. Que una formación que ha convertido la política en espectáculo y los programas en mercancía haya crecido de forma tan vertiginosa, merece una seria reflexión. Iglesias es un profeta que cautiva a las masas, pero su éxito sólo se basa en el fracaso de los líderes de los partidos tradicionales cuyo discurso se ha derrumbado.

Hay que ser muy granuja para cobrar del régimen chavista por asesoramiento y luego servirle de sicario a Nicolás Maduro para destruir España apoyando el independentismo catalán, vasco y el que se tercie con la financiación de un régimen bolivariano tercermundista
 
Ikea vende sueños e Iglesias le imita. Será muy difícil de parar, porque los votantes necesitan ilusión y eso no lo pueden ofrecer el PP ni el PSOE, presos de una realidad de la que muchos españoles quieren escapar como cuando van a una tienda de Ikea.
 
(Artículo de opinión escrito por Pedro García Cuartango y publicado
en el periódico "El Mundo" el lunes 13 de junio de 2016) 
 
El sociólogo Amando de Miguel afirma que Hitler e Iglesias se parecen en que les encanta aparecer siempre rodeados de una cohorte de aduladores